Ayer en el Momo se propuso la idea de realizar un corto y un videoclip, ideas ambas muy interesantes. La tormenta de ideas estalló y el corto empezó a tomar forma, pero ante el giro almodovariano que estaba tomando el engendro artístico y ante la abrumadora mayoría del sector femenino, Carlos y Luis iniciaron movimientos independentistas y elaboraron un esbozo de corto alternativo, irrealizable por otra parte, pero de una calidad innegable ya que al equipo formado por Carlos y Luis se les da muy bien lo de matar y elaborar historias, es que ellos son así como muy listos.
Capitulo 1: La invocación de Caín
Corría un 1 de Diciembre cualquiera en una ciudad de piedra. Los niños jugaban a resbalar en el hielo por las calles y quedarse paralíticos mientras un grupo de hombres trajeados, de aspecto sospechoso, compraban botes de vaselina al por mayor y bananas de algún país tropical.
Horas más tarde con la noche ya caída el grupo de hombres se reunía en un piso elegante, ponían un cartel en la puerta que decía "Reunión anual de yupies sodomitas con un solo huevo" y empezaba la fiesta.
Todo el mundo recuerda aquel encabronamiento que se pilló Caín con lo del favoritismo a su hermano Abel por parte de Dios y cómo acabó aquella telenovela. A Caín se le acabaron de llenar los huevos y zurró al soplapollas de su hermano con una quijada de burro, el hermano palmó y Dios se pilló un rebote del copón. El caso es que Caín acabó en un infierno que lo de Dante al lado de lo suyo era de risa.
El pobre Caín llevaba desde el principio de los tiempos metido en el infierno y, querais que no, a Dios le tenía un poco de manía y por extensión a todo bicho viviente, que vale, que él se había cargado al hermano, pero Dios había puesto en el mundo a sólo dos personas y tenían que poblar la tierra, y es que no hace falta ser muy listo para saber que ahí se barruntaba de lejos que iba a haber incesto. Caín estaba convencido de la perversidad de Dios que había montado el tinglado aquel para ver los viernes por la noche escenas guarras de incesto, así que Dios de bueno tenía poco y la humanidad era toda fruto del pecado y allí no pagaba ni dios, sólo él por cargarse al papanatas de Abel, así que aquello exigía un resarcimiento, una venganza en toda regla.
Caín mascullaba su idea de venganza y soportaba las torturas del infierno, como aquella de ver pasar cada quince minutos al tren del horror, Heidi delante, Niebla dándole por detrás, Pedro dándole a Niebla y el abuelo al final haciendo prospeciones en el orto de Pedro. Aquello era lo puto peor.
Los yupies sodomitas de un solo huevo estaban como locos con su fiesta anual, vaselina para aquí, vaselina para allá y venga banana para adentro y banana para afuera. Todos estaban contentos menos uno que como se habían acabado las bananas se había tenido que conformar con un plátano de canarias y el tío estaba muy mosqueado diciendo que aquello no era justo y que alguien le dejara montarse en su banana. El caso es que allí nadie era solidario y cuando ya no pudo más, el yupie sodomita con un huevo sólo grito desesperado que vendería su alma a caín por una buena banaba.
Caín, que estaba intentado escapar del burro robótico que le perseguía sin descanso con la tranca preparada para hacerle una desgracia mientras Heidi a la cabeza del tren gritaba "¡Venga burrito, venga, que de esta lo alcanzas!", escuchó las palabras del yupie sodomita de un huevo sólo, se dio la vuelta y le arranco al burro robot la cabeza de un golpe maestro y se apareció en la reunión de yupies sodomitas de un solo huevo. Le dijo al yupie desesperado que no le traía exactamente una banana sino una tranca del carajo y éste dio saltos de alegría como un loco gritando: "Mucho mejor, muchisimo mejor". Caín sonrió, y mientras el yupie sodomita de un huevo solo disfrutaba del aparato del burro robótico, le devoró el alma para poder manternse en el mundo.
El resto de yupies sodomitas se asustaron ante aquel espectáculo y Caín les gritó con voz furiosa y potente "Ahora devoraré vuestras almas y después saciaré mi venganza con esta cabeza de burro robótica como arma. A partir de ahora todos me conocereis por Caín el Devorador de Almas"